lunes, 25 de julio de 2011

Entrevista a Juan Fernando Andrade

Hoy, el diario Expreso (en su edición impresa, no web) sacó un especial denominado "Guayaquil Universitario". ¿La idea? Poner a escribir a estudiantes de Periodismo de ocho universidades diferentes. Parece poco, nada. Pero es mucho, demasiado. Hay ganas, muchas ganas veinteañeras de escribir pero no siempre el espacio para hacerlo.
Se tratan de 20 páginas escritas, fotografiadas y diagramadas netamente por futuros periodistas.

Salud por el Expreso y esta iniciativa pro-juventud en plenas fiestas julianas. Aquí mi aporte, una entrevista a Juan Fernando Andrade, escritor-periodista-pana-músico-cinéfilo y, sobretodo, parte de esta nueva generación de plumas que está dando mucho de qué hablar:


Juan Fernando Andrade: el abanderado de la nueva ola de escritores criollos




Sólo que él no se considera el abanderado. Y eso que, hace poco, reunió en un libro de cuentos, denominado “Todos los juguetes” (Dinediciones, 2011), a los diez autores sub-35, quizás, más talentosos del país. Y eso que su novela “Hablas demasiado” (Alfaguara, 2009 y Punto de Lectura, 2010) ha sido catalogada por la crítica como el punto de partida de la nueva narrativa ecuatoriana. Es una generación muy auspiciada. Siempre se anuncia su llegada. ¿Ya llegó?, le pregunto para iniciar esta entrevista.



JFA: Siempre la estamos esperando. Los escritores ecuatorianos vivimos con esa paranoia ridícula -pero real- de pensar que capaz uno puede ser ese escritor que la gente tanto espera.

Algunos dicen que ya llegaron y que están en “Todos los juguetes” (Andrade fue el editor). Ese libro reúne a escritores jóvenes con voz propia. Son escritores de oficio. Escritores que han ganado concursos, que publican en revistas. Gente joven que se la toma en serio.

No me importa cómo nos llamen, cómo nos bauticen, cómo nos cataloguen mientras exista gente que conecte con lo que escribimos. Cada uno escribe por su lado. Sin embargo, hay cosas que tenemos en común, cosas que nos afectan a todos porque han pasado mientras estamos aquí, en el mundo.

AC: El periodista Francisco Santana dijo que esta es “una generación que escribe de adentro hacia afuera, sin lenguaje rebuscado, sin pensar en las buenas costumbres o en lo políticamente correcto”. ¿Buscan hacer ruido?
No nos pusimos de acuerdo para escandalizar al Ecuador.
No escribimos para caerle mal a nadie, pero no vamos a hacer nada, absolutamente nada, para caerles bien. Si esas son las opciones, esta generación prefiere caer mal, en la medida en que eso signifique abrir cancha a nuevas voces, propuestas y realidades.

Es una generación que no quiere ocultar nada. Una generación cuyos héroes no son los que triunfan sino los que fracasan y siguen.

AC: ¿Aquello da para que los dinosaurios literarios piensen que son “inmorales”?
JFA: Si alguien cree que somos inmorales, irrespetuosos o desubicados, aquello viene de los valores que tengan ellos, no nosotros. Escribimos lo que vemos, lo que nos atraviesa, lo que nos golpea, lo que nos divierte, lo que nos parece verdad. Chocamos, es cierto. Hay gente que no nos quiere, es cierto. Para muchos simplemente somos niños alienados que quisieran ser gringos, europeos o cuando menos argentinos, es cierto. Pero estamos, existimos, somos. De a poco juntamos voces y nos convertimos en un coro. Quien no quiera escucharnos puede bien dar la media vuelta y seguir con lo suyo. Pero nadie nos puede remover, es demasiado tarde para eso. Ojalá alguien nos llamara punks.

AC: ¿La generación actual necesita “calle” para escribir? O sea, ¿chupar con los panas, meterse, de vez en cuando, una que otra sustancia ilegal y levantarse una chica en un bar para plasmar todo eso en la literatura?
JFA: Sí, pero eso también lo hacía Allan Poe hace 100 años; Henry Miller hace 80 años; y Bukowski hace 40 años. No es realmente nada nuevo. Si lees a Medardo Ángel Silva también vas a encontrar eso. Y si lees los cuentos de José de la Cuadra no vas a encontrar cocaína -porque no había en esa época- pero sí una gran cantidad de alcohol y excesos. En Los Sangurimas ves todo eso, por ejemplo.

Hay gente que lee mi novela (“Hablas demasiado”) y me pregunta: “¿En serio la juventud es así?”. Y sí, pues. Uno se encuentra con las drogas en las calles, en cualquier fiesta, en cualquier bar. Están ahí.

A mí me interesa escribir sobre las cosas que siento cercanas. Las drogas son parte de nuestro entorno diario. Y uno hace cosas a veces bajo la influencia de ellas. Las drogas te brindan experiencias sensoriales, sociales o incluso sentimentales y románticas que te pueden servir para crear un libro.

Pero no sólo inyectamos nuestra literatura de “calle”. También nos influenciamos de música y de cine. Yo me inspiro mucho con las películas de Woody Allen o con las letras de Nirvana.

AC: ¿Cómo nació “Hablas Demasiado” tu primera y única novela, que, según algunos críticos, inaugura la nueva narrativa ecuatoriana?
JFA: Yo escribí mi novela para vengarme. Yo hubiese querido leer un libro como el mío a los 15 años. Quería vengarme de mis profesores de literatura. Vengarme de este concepto de la literatura como algo “elevado”, “distante”. Yo odio esa pose intelectual que hace pensar que uno, porque escribe, es superior a los demás. Para mí ser escritor es un oficio, como cualquier otro.

Hay una frase de Woody Allen en “Annie Hall” que dice: “Los intelectuales son la prueba de que uno puede ser un genio y no tener idea de lo que pasa alrededor”. Puedes conocer a un tipo que se ha leído todos los volúmenes de Tolstoi, pero resulta imposible que se levante a una chica en una discoteca.

En el colegio, a mí me hacían leer cosas que no tenían nada que ver conmigo, con lo que me pasaba. Leía esos libros y me decía: “¡Estos manes ni siquiera hablan como yo!”.

AC: ¿Te rebelas contra el mundo de los adultos?
JFA: Sí, pero con el mundo de los adultos que dice que a los 30 años debemos tener dos hijos, dos carros, casa con piscina porque o si no, no eres nadie. Creo que ese es un estándar de éxito válido, pero no el único.

AC: ¿Cuál es el estándar de éxito válido para tu vida?
JFA: Yo tengo 30 años y no tengo ni perro ni casa ni carro pero tengo una banda de rock. Para mí eso es mucho más valioso que cualquier otra cosa. El estándar de éxito es acercarse a lo que uno soñó para su vida, a lo que uno siempre quiso ser. Cuando yo tenía 15 años, tomé la decisión inconsciente de ser escritor y yo a ese pelado le estoy cumpliendo día a día.




*Entrevista publicada en el diario Expreso, 25/07/11, Año 38.

By Arturo Cervantes with 4 comments

4 comentarios:

Todos tenemos que revelarnos contra los que fueron nuestros profesores de literatura, sea en el colegio como en las facultades, específico de comunicación.

Es genial escuchar/leer a este loco del JF Andrade, más cerca de lo que podamos palpar en sus lecturas... y es ahi cuando digo, ojalá que en el micro-quito de este año, mi peque-cuento de drogas y alcohol escéptico en los senos y entrepiernas de las mujeres, muestren un Quito podrido del que no se imaginan... si no, pues por lo menos me quedo con la satisfacción 'Thompson' de ser un GonzoRules...

Saludos y Abraxs desde UIO men... y otra vez, congrats por tu crónica en la Soho...

Como diría mi abuelo: "Si esta es mi patria, declárenme traidor y destiérrenme de una vez por todas". Supongo (por la manera en que llevas la entrevista -con doble intención en todas tus preguntas) que te enorgullece toda esta camada de escritores patanes, pseudo revolucionarios, incultos, callejeros. Eres joven, sigo de cerca tus crónicas, tienes talento y estás a tiempo de alejarte de esa corriente que no aporta en nada a la literatura sino más bien la ensucia con esa prosa tan Mayo del 68. A lanzar dardos juveniles a otra parte Cervantes, no pongas el pecho por estos malos escritores que solo se influencian mutuamente.

"Puedes conocer a un tipo que se ha leído todos los volúmenes de Tolstoi, pero resulta imposible que se levante a una chica en una discoteca", me da tanta pena y coraje cuando encuentro algún intelectual que habla así...Joder, el tipo en cierta forma protesta contra la alienación (leed a Ezequiel Ander Egg para tener una idea del conceptp ) pero no se da cuenta de que, con una frase como esa, él mismo muestra que en cierta medida es un pobre, triste y miserable alienado. Pd: muy buena la entrevista, muy "de a verga" el cabrón del entrevistado...

Ya no hay actividad en este blog?

Publicar un comentario