miércoles, 7 de abril de 2010

Los regalos que los ecuatorianos llevan al exterior

En verdad, fue una edición que disfruté mucho leyendo. Y participando. El tema general de la revista, en la edición 87 (Marzo/Abril), es el turismo. Aunque, si he de ser justo y honesto, lo que se presenta no es nada turístico, nada que despierte una sonrisa a los dueños de las agencias de viajes. Soho nos regala, en su última edición, motivos serios para odiar los paseos fuera y dentro del Ecuador. En hora buena. ¡Al diablo Lan Chile y sus descuentos estúpidos!


Los regalos que los ecuatorianos llevan al exterior

Sección: Humor ("7 artículos impertinentes sobre turismo")

Por: Arturo Cervantes

Caricatura: Mheo

Imagínense la cara de un policía yankee al percatarse de que en el interior de un equipaje se encuentra algo que, él supone, es una gigantesca rata muerta. El espectro de un cuy, con el hocico semi-abierto y rígido, con las patas levantadas, con los ojos totalmente abiertos, visto desde una máquina de rayos X de un aeropuerto gringo. Seamos sinceros: esa maleta jamás de los “jamases” le podría pertenecer a un canoso viajero americano que acaba de conocer Ecuador. Pero sí a un ecuatoriano paradigmático, de esos que se retratan en las enciclopedias universales.

Los regalos que los ecuatorianos llevan a sus familiares o amigos en el exterior, generalmente, desencadenan en las glándulas salivales de estos últimos. Se trata de kilos de comida que en el extranjero se añora y que, si se tiene suerte, pasarán a ser kilos de más en el abdomen de un emigrante. Inmensos envases congelados de fritada, jugo de naranjilla y guatita que muchas veces ocasionan sobrepeso en las maletas. Extracto de Ecuador que se convierte en toda una odisea al ser transportada desde el país hasta cualquier rincón del mundo donde viva un ecuatoriano.

Pero existen métodos para hacer menos jodida la cosa. Y todos ellos están relacionados, directa o indirectamente, con la viveza criolla que todo ecuatoriano lleva impregnado en sus venas. Si juntamos la jerga económica y la astronómica, se podría decir que el secreto está en “optimizar el espacio del que se dispone”.

Para comenzar, el equipaje debe ser preparado con anticipación. Los expertos en el arte de preparar maletas de viaje recomiendan dejarlas boca arriba, por lo menos, 24 horas antes del despegue, para que disminuya el peso y, así, evitar discriminaciones en el aeropuerto, donde el equipaje puede ser calificado como “obeso”. Y posiblemente tenga que pagar por su gordura.


La ropa sirve para camuflarlo todo:

Como los ponchos bordados por manos otavaleñas que, estirados, sirven de base y esconden los productos de La Universal.

Los calcetines sirven para que en su interior se guarden fundas con granos secos de todo tipo: desde chochos y mote hasta habas y quinua. Granos obtenidos en el mercado Santa Clara de Quito luego de un intenso debate (“¿Qué desea, Patroncito?”, “¿Cuánto ofrece, Patroncito?”) para obtener un precio razonable y, de paso, añadiduras de todo lo que se compra (añadiduras: Dícese, en lenguaje popular, de la “yapa” que sólo es posible obtenerla en el Ecuador).

Las camisetas –entre esas la de la Liga y de la selección- tratarán de ocultar los quimbolitos, las humitas, las hayacas y los bollos de pescado; alimentos que deberán estar congelados y envueltos en papel periódico, trapos y cinta de embalaje.

Los pantalones de Pelileo se los utiliza para esconder los camarones, las conchas negras y los pescados. Mariscos costosos en el extranjero, pero que en la costa ecuatoriana sobran.

Luego se dispersarán enlatados que contengan el slogan “¡Mucho mejor si es hecho en Ecuador!” (Ojo: Creerse el “Mucho mejor si es hecho en Ecuador”, o si no, no vale), tales como: atún, calamares, pulpo, arvejitas. Uff… Descanso. Encebollado, sardinas, mejillones y cangrejos.

En teoría, productos para meter al microondas -como los crujientes panes de yuca y las exquisitas empanadas de morocho y de maíz- no deberían ser olfateados por los perros policías. Enrollarlos con papel aluminio.

Sería un pecado olvidarse de incluir aguardientes ecuatorianos que, en el extranjero, nuestros compatriotas asocian con sus inolvidables noches de despecho. Como el eterno y fiel amigo Zhumir y la infalible Caña Manabita. Y cómo no llevar, al menos, cinco cajetillas de cigarrillos Líder. En España, por ejemplo, la Agencia Tributaria Española, que seguramente es manejada por un fumador compulsivo tipo Sandro y por un borracho a lo Armando Paredes, permite la transportación de hasta 200 cigarrillos y uno o dos litros de bebidas alcohólicas (dependiendo, justamente, del grado de alcohol que contengan).

La verdad sea dicha pues nos hará libres: cuando se sale de cualquiera de los dos aeropuertos ecuatorianos que ofrecen salida internacional, nadie jode. El problema viene después. Luego de la sinfonía de aplausos, siempre interpretada por ecuatorianos apenas el avión pisa suelo extranjero, una señora llamada Aduana se encargará de inspeccionarlo todo. Y pondrá a prueba todas nuestras destrezas para camuflar comida criolla. Pero si fracasamos, si descubren parte de la gastronomía ecuatoriana que guardamos en nuestro equipaje, y pretenden incautarlo todo, y con ello atentar contra el paladar de un migrante que espera sus regalos, y nos dicen: “No puede ingresar esos apestosos alimentos provenientes de su apestoso país”, si sucede todo eso, aún hay una solución. Se puede aplicar –con lágrimas- la de Alfonso Espinoza de los Monteros: “¿Esa es su última palabra?”

By Arturo Cervantes with 14 comments

14 comentarios:

Cuenta la historia que el marcador de la selección, Freddy Bravo, en un viaje a EUA con motivo de un juego de la tricolor, llevó un atado de cangrejos para sus familiares que se soltaron en la aduana del aeropuerto gringo.

Saludos...

A mí me avergüenza terriblemente ver este tipo de espectáculos en aeropuertos extranjeros...en Barajas vi a un ecuatoriano al que le abrieron la maleta y le sacaron 300 "cuyes" asados. Y el Trópico Seco es el invitado de honor en la trifulca andino-tropical donde un Wilson o un Wilmer le asesta quince puñaladas a la María, porque nunca aprendieron a tomarse un trago y no volverse unas bestezuelas. Mal rollo, esto. Ahí es cuando dan ganas de ser apátrida, cuando tienes un maldito país de pueblerinos que tornan a tu nacionalidad menos valiosa que los desperdicios que éstos dejan en la fiesta del 24 de mayo en El Retiro. Ecuatoriano es ecuatoriano, sea Tipanluisa o Arosemena, Huayamave o Márquez de la Plata. Todos somos vistos bajo la misma óptica, la de tan rica, variada, compleja, plurinacional y fenomenológica cultura de mierda que es la ecuatoriana.

Felizmente no todos los ecuatorianos somos como tú, miembros ejecutantes de esa cultura de mierda, que es la de desdeñar todo esto...

pasa en todos lados brother, italianos con sus piezas de caza, españoles y sus jamones, no creas que el criollismo y viveza es único para nosotros

No hay razón para avergonzarse de los "criollismos". Yo admiro a las indígenas que comen mote con chicharrón; al costeño que se prepara cerros de arroz, pescado y patacón. Para bien o para mal, no me identifico con ninguno de ellos. Pero no por ello dejaré de admirar comportamientos ancestrales que, todos los días, luchan por sobrevivir. Yo me saco el sombrero ante la idosincracia de mi país.

Ojo, mucho ojo: burlarse, hacer risible el asunto, no es lo mismo que "desdeñar" la cultura a la que se pertenece. Llamar "cultura de mierda" a la tierra en la que se nace, en la que se vive y la que te da de comer denota serios problemas de adaptación. Acomplejados, lastimosamente, hay en todas partes.

Arturo, ¿Y tú crees que esos "comportamientos ancestrales" que tanto admiras han sido el motor de un -acaso- pujante desarrollo de este país? ¿O más bien han sido, en gran medida, la causa de nuestro profundo estancamiento cultural? Yo respeto que te saques el sombrero ante una maleta llena de cuyes, pero no puedo comprender en qué nos han ayudado tales comportamientos como nación ecuatoriana. Ni puedo comprender cómo nos enriquece el hecho de que los indios defequen en el páramo, beban aguardiente como descosidos o improvisen urinarios públicos en las calles de las urbes. La exaltación del folklore ecuatoriano es una cosa; otra muy distinta es la plausibilidad de todos los "criollismos", asunto éste que me parece improbable y, muchas veces,digno de toda vergüenza. Es fácil poner calificativos aprobatorios del trago ("el eterno y fiel amigo Zhumir", "la infalible Caña Manabita", etc.) pero sí que es olvidadizo -por decir lo menos- hacer tales ensalzamientos sin reparar que el vicio de la bebida en la cultura indígena es causa trascendental de la alta criminalidad en sus comunidades (porque, en efecto, un indio con botella en mano es tan peligroso como un latin king con arma blanca). Puede que la finalidad de tu artículo sólo sea lúdica, y que el análisis sociológico rebase las pretensiones de contenido, pero entonces la conclusión es simplemente ésta: "qué chistosos que somos los ecuatorianos, jejeje, jejeje". Y nada más.

Sobre el particular, te recomiendo investigar un poquillo sobre la impronta marcadamente negativa que esta "idiosincracia" criolla ha tenido en la formación de la identidad ecuatoriana y en la construcción de nuestra nunca concretada democracia (en especial, la obra de Osvaldo Hurtado, "Las costumbres de los ecuatorianos").

Finalmente, no hace falta ser acomplejado para calificar en los peores términos a la cultura de tu país. Porque, vamos a ver, ¿De qué otra forma le dices "mierda" a la mierda? Yo no creo en "mi tierra" como una entidad objetiva, viviente, con alma propia (como parecen denotar todos esos tópicos tan criollos: "la tierra que te vio nacer", "la tierra que te da comer", etc...) Tal vez haya gente que crea en la Pacha Mama. Yo no. Pienso que a un país lo hace su gente y no el entorno natural: si fuera por las maravillas naturales, si fuera por "mi tierra", Ecuador fuera uno de los mejores países del mundo. Pero esto no es así, y quizás convenga atender más al factor cultural como causa necesaria del subdesarrollo en que estamos postrados. Por supuesto, ello implica ser críticos con la realidad que nos circunda, sin importar de que nos tilden de inadaptados o acomplejados. Porque prefiero mil veces ser "acomplejado" -en los términos atribuidos- antes que regodearme y complacerme con una cultura pobre, retrasada y vergonzosa, que ni merece preservarse ni tiene por qué ser nuestra para siempre.

Escupo en los tres colores,

PCE

Estimado PCE:

Primeramente, discúlpame por haberme demorado en responder tu valioso comentario. Estaba en Chimbo (Bolívar), haciendo periodismo.

No pretendo que llegues a conclusiones leves ("qué chistosos que somos los ecuatorianos, jejeje, jejeje"). La crítica, inclusive en un artículo "lúdico", como tú lo llamas, es necesaria.

Comprendo tus incompresiones. Te hago llegar las mías para ver si las puedes aclarar: ¿qué relación guarda una maleta llena de cuyes con el subdesarrollo que aqueja a nuestro país? Existen problemas de fondo, y estos no corresponden precisamente al pueblo y a los rasgos propios de su cultura. El atraso en el que vivimos es consecuencia de la paupérrima calidad de políticos que la historia de nuestro país nos ha regalado. Lo último que se me ocurriría es echarle la pelota al ciudadano común y corriente: única víctima en los despelotes de interes que existen (y han existido) en la política ecuatoriana.

Insisto: es comprensible que el país, generalizándolo, te decepcione. Y es comprensible, también, que busques un culpable a todo esto. Pero has confundido responsables con víctimas.

Por cierto, es erróneo hablar de un "estancamiento cultural". Eso equivale a asignarle una valoraración a cada cultura, cosa imposible si nos basamos en el concepto dado por la UNESCO. No existen culturas "buenas" y "malas".

Por otro lado, sería bueno investigar (tarea interesante para ambos) qué porcentaje de los crímenes, que a diario se registran en el país, son producidos por indígenas bajo los efectos del alcohol. Podría asegurar que es mínimo. Seguramente no es comparable con el número de muertes de conductores que los fines de semana se (nos) embrutecen (mos) con botellas de Johnnie Walker en las grandes ciudades del Ecuador. Conductores con terno, que, como la mayoría de nosotros, no guardan relación con los ponchos ni con las zamarras ni con el quichua.

Coincidentemente, "Las costumbres de los ecuatorianos" (de Osvaldo Hurtado) habita en la biblioteca de mi casa, sin que esto signifique que ya haya sido leído por mí. Gracias por la recomendación. Sumaré ese libro a la lista interminable de las obras pendientes por leer. Eso sí, le daré un puesto privilegiado.

Me despido sin escupir, como corresponde, a los tres colores de mi bandera. Por mi parte, cero patriotismo falso. Cero afinidad a la Pacha Mama. El Ecuador, lastimosamente, lo hacemos cada persona.

Qué bueno que hayas matizado tu comentario inicial. Voy a intentar, sin embargo, contestar tus últimas anotaciones en los siguientes términos:

1.- El ojo crítico siempre es necesario, aun por intermedio de una crónica con toques de hilaridad. Lo que sucede es que en tu artículo no veo crítica por ningún lado. Mas bien intuyo un sesgo de exaltación, que luego la has confirmado con tu comentario inicial ("me saco el sombrero", etc..). Por eso creo que bien podríamos convenir que la finalidad de aquél era meramente lúdica. Y está bien que se haga! Sólo que el tema no daba para esto. Lo siento, es mi opinión.

2.- Dices que el atraso de los ecuatorianos se debe a la "paupérrima calidad de políticos que la historia de nuestro país nos ha regalado". Pero, vamos Arturo, este es otro topicazo! Siempre echando la culpa a los políticos, nosotros, siempre. ¿Y quiénes son los políticos? Son gente elegida por nosotros mismos! La historia no nos "regaló" a los políticos, LOS ECUATORIANOS nos dimos la clase política que tenemos. Lo hemos hecho así porque siempre elegimos mal. ¿Y por qué elegimos siempre mal? Porque la mayor parte de la población de este país tiene niveles educativos tan deficitarios, y vive en condiciones sociales y culturales tan pobres, que ello no permite que tengamos -por ejemplo- memoria histórica, convicción democrática o dimensión unitaria como pueblo. El ecuatoriano común vive en la anomia social y ni siquiera tiene conciencia de ello. Esto es lo que pasa: nuestras prácticas, costumbres, códigos, creencias, actitudes, comportamientos, etc, en una palabra, NUESTRA CULTURA es causa relevante y trascendente de nuestro subdesarrollo. Los políticos no tienen la culpa, nosotros tenemos la culpa.

3.- Además ¿Quiénes son los políticos? Son ciudadanos, como tú o como yo, que hacen uso de su derecho a ser elegidos. Nosotros los elegimos, de la misma forma que el día de mañana también nos pueden elegir. Me fastidia enormemente esa línea divisoria entre "ellos" y "nosotros". Todos somos lo mismo. ¿Y quién no ha tenido un familiar, amigo, compañero o conocido que haya sido político, antes o ahora, o que tenga pretensiones de ser político a futuro? Vamos. Pensar que los culpables son otros y que siempre somos nosotros las "únicas víctimas" de nuestros fracasos como país, no nos justifica; por el contrario, nos confirma un rasgo típico de este acusado subdesarrollo: el no asumir nuestras propias responsabilidades. No confundo víctimas con responsables, Arturo. Más bien parece que tú no logras advertir que unos y otros son las dos caras de una misma medalla.

4.- ¿No es posible valorar una cultura??? Pero si toda cultura forma parte de la moral social de un pueblo, de una moral establecida que puede y debe ser contrastada con principios justificados para la crítica de las instituciones sociales vigentes! Mi amigo, la definición de la UNESCO no es obstáculo alguno para tener dos dedos de conocimiento sobre moral crítica. Si la cultura fuese invalorable, la filosofía moral no existiría como ciencia, y ningún filósofo, desde Platón hasta Sartre, hubiese podido decir nada acerca de los sacrificios humanos, la esclavitud, la poligamia o el colonialismo, por ejemplo. Todos estos, rasgos culturales de los pueblos en la historia. Vaya! Esta afirmación sí que es asombrosa...

(CONTINÚA...)

(CONTINUACIÓN)

5.- Cuando me refería a los efectos del alcohol en los indígenas, estaba refiriéndome a un escenario recurrente en el exterior, no aquí. El contexto del comentario (pienso que era obvio) estaba dado por los estereotipos del ecuatoriano desde una mirada foránea, no desde nuestra propia mirada. ¿Cómo se comporta el migrante ecuatoriano en el extranjero, en torno a la bebida? Pues una buena parte de ese segmento de nacionales por otras partes, empina bastante la botella cada fin de semana. Y si es una botella del eterno y fiel amigo Zhumir o de la infalible Caña Manabita, que le han enviado desde la querida patria, entonces mejor. Lo lamentable del caso es que, por ciertas peculiaridades genéticas y de constitución orgánica del habitante indígena de la sierra ecuatoriana, éste no aguanta más de tres tragos sin caerse al suelo de borracho. Un documental de Discovery, de hace unos años, daba cuenta de este particular y hallaba la causa de tal anomalía en la carencia de una particular enzima hepática. De ahí que se explique que el trago más fuerte de los incas haya sido la chicha, y que ensayar la ingesta de un par de vodkas es una muy mala idea para un indígena. Ahora bien, nadie desconoce la relación entre consumo exagerado de alcohol y criminalidad; y, casualidad o no, cada vez que un ecuatoriano hace noticia en el extranjero por la comisión de un crimen de sangre, siempre o casi siempre está el antecedente del estado etílico. Sí, ya sé que esto no es condición exclusiva de los migrantes, pero es que gracias a esa paupérrima imagen nos etiquetan tipologías generales de comportamiento. Eso es lo que criticaba y critico, que enviar trago en la maleta para el familiar en Murcia no tiene nada de chistoso, ni tiene razón de ensalzamiento.

Sobre lo que pasa aquí con el alcohol, no puedo estar más de acuerdo. Pero yo no me estaba refiriendo a eso.

6.- Qué bueno que tengas en lista el libro de la referencia. Podemos entablar una crítica del libro para después.

7.- ¿Qué es "lo que corresponde" en torno a la idea de patria? Así como hay quienes defienden ese concepto (para mí, un concepto vacío, o sea, una contradicción de términos), hay también quienes lo denostamos por injustificado e injustificable. Escupo en los tres colores porque, en mi opinión, nula es la importancia que tienen los símbolos para alcanzar logros institucionales. Respeto a quienes cantan el himno con la mano en el pecho, o a quienes veneran la bandera; simplemente no comparto esa visión. Yo tengo la mía, y pienso que cada uno puede tener la suya, dado que -repito- no creo en la patria como entidad objetiva. Prefiero el cosmopolitismo al patrioterismo. Y también creo que a este país lo hace cada persona: de hecho esta es la idea que me permite sostener, con pretensiones de coherencia, todo lo que hasta aquí he sostenido.

BTW, "Escupo en los tres colores" era la forma epistolar que los surrealistas franceses de principios del XX ocupaban para despedirse (refiriéndose al bleu-blanc-rouge de los franchutes).

See you next time,

PCE

Otro ecuatoriano que se cree frances intelectual... "por qué no se van no se van del pais"... como decia una cancion por ahi... de todas maneras no quiere cambiar nada en él. Se va del pais y no se junta con un solo ecuatoriano en el exterior asi de paso aprende a esconder su acento PCE, que hasta eso le debe dar verguenza. Pobre tipo.

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a mi me da verguenza de ver como hablas, Publio Cornelio Escipión, porque seguramente eres un ignorante resentido que no tienes ni que tragar y te refieres a los criollos, como que llevar un regalo que sea comida sea un crimen, primero respetate a ti, y luego respeta la libertad de cada ser humano sea este ecuatoriano o yo que se seguramente los europeos tambien tienen su tradición de mierda que solo por ser denacidos en otros paises o no llevar comida no les hace diferentes, al contrario eso le tieno jodido al mundo, que seguramente una persona como tu no llevaras nada para no sentir verguenza y precisamente tu regalo es una verguenza para toda la humanidad. ¡ese es tu regalo?

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lo malo de la cultura ecuatoriana es el orgullo mal fundamentado de machios que tienen el 99% de rocotos feos de 1,40 m que son la gran mayoria y pansones con piernas de garza, tomadores hasta no verse comno arañas no se largan a la casa, comen arroz como desesperados, trabajan todo el mes y en la sierra es para tomar , en la costa para comprar zapatos, chongo y bebida. que alguiien me diga que no son asi.... pero bueno en ese cumulo de desastre hay quien se levanta muy temnprano en la mañana y empieza a producir y alimnenta las ciudades, hay quien reza por todos aunque no los onozca es un pluralismo complejo y variado no todo es blanco, negro ni gris, el ecuatoriano es alegre, picaro, mujeriego, bromista, cargoso, pero sobre todo es ecuatoriano hijo de Atahualpa y Rumiñahui y desde que van a españa vuelven con su acento de mierda y olvidados de donde saliero mas aun jeje suerte para todos ,,, sodoma y gomorra que a mi no me importa esa es la actitud disfruten de las plenas libertades que tienen

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