Entrevista a Juan Fernando Andrade

Hoy, el diario Expreso (en su edición impresa, no web) sacó un especial denominado "Guayaquil Universitario". ¿La idea? Poner a escribir a estudiantes de Periodismo de ocho universidades diferentes

Dos semanas como reportero del Extra

Cada que cuento que trabajaré en el Extra, alguien intenta asesinarme. Y por cualquier vía. Ya sea llamándome a mi celular, enviándome un mensaje por Twitter o insultándome cara a cara, como Dios manda

¡Los peligrosos deportes inofensivos!

Es una despiadada mentira decir que los deportes mortales son los que te matan. Mi experiencia muy cercana con deportes, aparentemente, inofensivos me lleva a afirmar todo lo contrario

If you are going [...]

Gerry

Cuando terminé de ver esta peli, no sabía si ponerme de pie y aplaudir efusivamente o regalarme (urgente) un fin de semana en un spa

Terminemos el Cuento (2008)

Ya son casi 3 años desde que obtuve el segundo lugar en Terminemos el Cuento: uno de los concursos literarios más importantes del país

sábado, 12 de junio de 2010

En un supermercado



Me detengo en un Megamaxi. Una parada, por decirlo de alguna manera, estratégica. Y, sobretodo, obligatoria. A lo igual que un piloto de la Fórmula 1, que ingresa a los boxes cuando el combustible de su vehículo comienza a escasear, yo hago lo propio en un supermercado: ingreso porque sospecho que las fuerzas se me acaban. Necesito cuatro V220. Tengo mucho trabajo y poco tiempo para descansar. Preciso de energía, y eso es posible adquirirlo en botellas de 600 mililitros. A $1.25 cada una, para completar este auspicio sin fines de lucro.


Tengo apuro. La caja express no tiene nada de express, está repleta y se mueve a un ritmo muy lento. Así que hago fila en la número ocho, una caja convencional en la que sólo hay una persona –con un carro repleto de verduras- que me antecede.


- --No puede hacer fila aquí, debe colocarse en la caja express (destinada para un máximo de diez productos)- me dice una señor pasado de años que acaba de colocarse detrás mío.



-- Con todo el respeto, señor, se equivoca. La caja express es una opción, no una obligación. Mis cuatro botellas y yo no tenemos la obligación de hacer fila en la caja express- le explico.



-- O sea que usted hace lo que le da la gana- me replica el Galápagos.



-- No hago lo que me da la gana: no es obligatorio que vaya a la caja express- insisto.



--- ¿Y qué tal si yo me coloco en la caja express con todos estos productos (eran varios, incluidos unos pañales que seguramente usa para su incontinencia y unos calzoncillos de abuelo)?- me pregunta y, mientras lo hace, mueve una bolsa de papel parecida a la que usa el Doctor Chapatín. Por fortuna, él no la emplea para golpear cráneos. Creo.



-- Eso es diferente, porque en la caja express se indica claramente: “DE UNO A DIEZ PRODUCTOS"


No responde más. Le doy la espalda y espero mi turno. Pienso, y al hacerlo, pongo en duda todo lo que afirmo. Quizás el señor cuyo rostro parece papel celofán, tenga razón y yo no deba estar aquí. Mientras tanto, el miembro del clan de la tercera edad grita una y otra vez: “Estos jóvenes hacen lo que les da la gana”. Llega mi turno y le pregunto a la cajera, que había escuchado toda la discusión, si debo colocarme en la fila express por el crimen de cargar tan sólo cuatro energizantes. Su respuesta fue contundente: “¡No, usted sí puede estar aquí!”. Picado, como estaba, le comunico al anciano la respuesta oficial ya que, de seguro, sus muy empleados oídos no alcanzaron a escuchar esa contestación de la cajera que me daba la razón.



-Nunca discuta con una persona mayor a usted, así demuestra su caballerosidad- sentencia el señor de edad avanzada.


Y esa última frase se quedó impregnada en mi oído todo el día. ¿No se debe discutir con una persona mayor? ¿Por qué? El diálogo es la herramienta más inteligente que se ha creado. No creo que las cosas marcharían bien si todos nuestros problemas los arregláramos repartiendo puñetes. ¿Por qué, entonces, no se puede emplear una respetuosa discusión con una persona mayor? Y digo respetuosa porque de esa manera estaba llevando el asunto. Si hay algo que respeto son las canas (no es poca cosa andar por el mundo con ochenta y tantos o noventa y tantos años).


Cuando pienso en palabras, pienso en un medio para expresar inconformidad. Es inconcebible cortarlas y, con ello, aniquilar todo intento de debate, so pretexto de defender las diferencias generacionales. Cuando escucho pensamientos arcaicos de ese tipo, los desecho por la misma puerta por la que entraron. Durante toda la historia de la humanidad (excepto la temporada del Mayo del 68) los viejos se han colocado una corona que no sé qué imbécil les entregó. Cambio y fuera.


By Arturo Cervantes with 7 comments