martes, 30 de marzo de 2010

El secreto de sus ojos

¿En qué genero encasillarla? Aunque, primeramente, ¿por qué hacerlo? ¿Por qué decir que El secreto de sus ojos es un drama romántico, o una peli policiaca, o una de suspenso? ¿Por que hacerlo?, si la película de Juan José Campanella no es nada de eso por separado. Es todo eso junto, al mismo tiempo, como complementándose.

Posiblemente jamás hubiese llegado a ella si no hubiese ganado un Oscar en la categoría “Mejor película extranjera”. Así de comercial anda el mundo hoy en día. Difícil, sin ese premio, llegar a una película hecha en Argentina, un país al que nunca hay que perderle la vista cinematográfica (¿cómo olvidar los memorables largometrajes gauchos “Sé quién eres” o “Plata quemada”?).

Espósito (interpretado por Ricardo Darín) es un flamante jubilado. Gran parte de su vida la ha pasado frente al escritorio negro de un juzgado penal argentino, revisando papeles, fotografías, intentando hacer justicia en un país donde nunca ha existido esa palabra. A lo largo de su vida profesional ha observado cientos de crímenes. Y ahora, en su vejez, se acaba de obsesionar con uno de ellos. Un crimen sin resolver que intenta plasmarlo en una novela. Una novela, por lo tanto, inconclusa, a la que todavía le falta un final maduro por construir.

El caso que obsesiona a Espósito es el de una mujer violada y, posteriormente, asesinada en la década de los 70. El marido de la victima jamás se recuperó de ese duro golpe que le proporcionó la vida. “Es como si la muerte de la mujer lo hubiese dejado ahí, detenido para siempre”, explica Espósito, quien veinticinco años después se lanza a investigarlo todo para escribirlo todo: en qué situación se encuentra el viudo y sus dos ex-acompañantes judiciales: Pablo Sandoval (quien fuese su asistente) e Irene Menéndez (una mujer de la que aún se encuentra perdidamente enamorado). De hecho, en el fondo, ella es la razón por la cual escribe. Y no sólo eso: Irene es la primera persona que lee el borrador de su proyecto literario. Juntos ejercerán un terrible ejercicio de memoria. Juntos echarán un vistazo a sus irremediables equivocaciones del pasado.

Memorable es la actuación de Guillermo Francella en su papel de Pablo Sandoval (el asistente alcohólico de Espósito). Como memorable, también, es la escena en que Irene (interpretada por la actriz Soledad Villamil) realiza un acertado juego de asociaciones hasta lograr que Isidoro Gómez, acusado como criminal, confiese que, efectivamente, es el asesino y violador que tanto buscaban.

Me quedo con las palabras atemporales de un juez dirigidas a Espósito e Irene: “La justicia es hija del mundo, y esto que esta acá (el terreno judicial) es el mundo. Y mientras ustedes se dedican a cazar pajaritos, nosotros estamos acá peleando en medio de una selva”. Son palabras que pueden ser entendidas en la Argentina y en cualquier parte del mundo. Las leyes siempre han sido –y serán– pisoteadas por los intereses económicos.

Finalmente, con un desenlace nada previsible, con nudos que se desenredan, que se aclaran, con un panorama que se despeja, con un amor inconfesable (o que talvez no lo es), con un final semi-abierto, Espósito termina la novela que pensó jamás terminaría.

By Arturo Cervantes with 4 comments

4 comentarios:

No la he visto pero ya me dañaste el final... he escuchado muy buenos comentarios de esta pelicula, me muero de ganas de verla. Ya esta en cartelera?

Carlos:

Mírala tranquilo, q no he contado el final. La película tiene muchas escenas inesperadas. Tengo entendido que todavía no llega a los cines, pero la puedes encontrar en The Movie DVD, en el de Urdesa, por tu casa.

Arthur, que película!!!! está llena de giros, hasta el final!

Hace rato no me gustaba tanto una película, se la he recomendado también a mucha gente. Me alegra coincidir con tu post.

Por cierto, no reconocí a Francella. Es decir, me parecía que era él, pero el papel que interpreta como dices es memorable y se sale de los papeles que normalmente interpreta.

Muy bien ganado el Oscar!

Para mí, Francella fue lo mejor de la película (en cuanto a capacidad histriónica respecta). Desconocido, sí, pero inclusive en este drama se puede ver el humor que lo caracteriza. La escena en la que realiza analogías entre lo que el considera "pasiones", hasta descubrir de qué equipo es hincha Gómez, es realmente fantástica.

"Como vos decís, me cago la vida en este bar. Pero me encanta venir acá, tomarme unas cervezas, romperle el culo al primero que me joda, ¿sabés por qué? Porque es mi pasión".

"El tipo puede cambiar de todo: de carro, de casa, de religión, de mujer, de dios. ¿Pero sabés qué no puede cambiar? No puede cambiar SU PASIÓN.

Advertencia: Las citas no son exactas, pero por ahí van.

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